Por una inteligencia artificial más justa y ética, al servicio de la Agenda 2030 de Naciones Unidas

La investigación de Ángeles Manjarrés (UNED) armoniza los retos de la IA con un enfoque hacia el desarrollo sostenible e inclusivo.

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La ética y la inteligencia artificial son dos mundos condenados a entenderse. Un debate global busca poner las tecnologías inteligentes al servicio de la Humanidad, y no al contrario. La UNED participa en esta discusión global y aporta su capital investigativo a favor de la equidad, la sostenibilidad y la Agenda 2030.

La profesora titular de Universidad Ángeles Manjarrés Riesco, del Departamento ETSI Informática de la UNED tiene entre sus líneas de investigación el impacto de la Inteligencia Artificial en la Agenda 2030 y la contribución de las tecnologías inteligentes a la satisfacción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. “Realmente, mi interés en el campo de la ética de la Inteligencia Artificial surge de mi trabajo en el ámbito de la innovación docente para el desarrollo de competencias profesionales que pongan la Tecnología al servicio de la equidad y la sostenibilidad”, indica Manjarrés, que ha impartido un seminario sobre el tema en el ciclo de seminarios Inteligencia Artificial y Agenda 2030, organizado por la UNED en el Centro de Intelixencia Artificial de Ourense.

Además, la profesora ha colaborado en la edición de un número especial sobre Inteligencia Artificial y Objetivos de Desarrollo Sostenible de la revista IEEE Technology and Society Magazine, Artificial Intelligence for a Fair, Just and Equitable World que recopila algunos de los trabajos presentados en el workshop Advancing Towards the SDGS Artificial Intelligence for a Fair, Just and Equitable World.

El objetivo de este taller es fomentar la investigación en paradigmas y herramientas metodológicos y técnicos, con un enfoque basado en el respeto a los derechos humanos, que garanticen una I+D y una Inteligencia Artificial coherente con la Agenda 2030. “Es decir, que sitúen la Justicia y la sostenibilidad en el núcleo mismo de la tecnología inteligente. Por supuesto, los paradigmas y las herramientas no pretenden ser un sustituto de la legislación o de los manuales de ética y buenas prácticas empresariales, sino que pueden y deben apoyar su aplicación”, señala la experta.

Aunque los beneficios de la Inteligencia Artificial para la productividad son indiscutibles, la profesora señala que existen dudas sobre su contribución a la equidad y la sostenibilidad. “Se estima que podría contribuir positivamente al 79% de los ODS, pero también actuar como un inhibidor del 21% restante”, señala. Por ejemplo, indica la profesora, la Inteligencia Artificial podría acentuar las deficiencias del sistema socioeconómico-tecnológico actual, generando más desigualdades y una mayor degradación medioambiental.

Ángeles Martínez Riesco.

En opinión de la experta, un enfoque ético en Inteligencia Artificial no debe centrarse solo en la mitigación de riesgos, sino también en sus potencialidades. “La Inteligencia Artificial no solo debe respetar los derechos fundamentales, sino comprometerse activamente con ellos. Asumir un papel proactivo para catalizar la transición hacia un mundo más justo, pacífico y sostenible, y contribuir al bienestar material y espiritual de la Humanidad”.

En el número especial de la revista IEEE dedicado a la Inteligencia Artificial y los ODS, Manjarrés firma otros dos artículos. Uno de ellos hace un llamamiento a la comunidad de investigadores en Inteligencia Artificial para participar en un campo de investigación interdisciplinar llamado IA para la Equidad (AI4Eq). “Su misión es ocuparse de los desafíos distintivos de las tecnologías inteligentes, en el contexto de un enfoque basado en los derechos, hacia el desarrollo sostenible e inclusivo”. “Este campo ocuparía un área singular dentro del campo ICT4D (ICT for Development; Tecnologías de la Información y de la Comunicación para el Desarrollo) debido a sus problemas filosóficos y dilemas éticos , y al hecho de que muchos de los riesgos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se magnifican en el caso de la Inteligencia Artificial”, explica la profesora que opina que las tecnologías inteligentes son idóneas para abordar los intrincados problemas que plantean los grandes retos de los ODS.

El segundo de los artículos firmado por Manjarrés refleja la iniciativa Response to the Public Consultation on the European Commission White Paper On Artificial Intelligence: A European Approach to Excellence and Trust.“Se trata de la respuesta de un grupo de profesionales y expertos redactada a raíz del proceso de consulta pública de la Comisión Europea sobre El Libro Blanco de la inteligencia artificial: Un enfoque europeo orientado a la excelencia y Confianza. “Los autores destacamos cómo la posición expresada en el Libro Blanco es tecnológicamente reduccionista, en contradicción con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, a la que apenas se menciona. Hay una sub-representación de la importancia de los Derechos Humanos al analizar el impacto de la Inteligencia Artificial. Además, las nociones de regulación, autorregulación y ética se utilizan de una manera imprecisa e intercambiable: las políticas propuestas parecen concebidas exclusivamente para mejorar la competitividad de las empresas europeas de Inteligencia Artificial”, apunta la profesora.

Tras el proceso de consulta, la UE se ha alineado hasta cierto punto con las propuestas reflejadas en el artículo (y que compartían muchos otras consultas recibidas por la UE), como puede verse en las nuevas normas y medidas recientemente publicadas donde la Comisión propone nuevas normas y medidas para favorecer la excelencia y la confianza en la Inteligencia Artificial.

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