La UJA y el Museo Ibero acogen la exposición temporal ‘Exvotos iberos. Paisajes sagrados, peregrinaciones y ritos’

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La antigua Escuela de Magisterio de Jaén y el Museo Íbero de Jaén acogen la exposición temporal ‘Exvotos iberos. Paisajes, peregrinaciones y ritos’, organizada conjuntamente por la Universidad de Jaén y la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, enmarcada en los Programas de Proyectos Culturales y ‘Obra Invitada’ del Vicerrectorado de Proyección de la Cultura y Deporte de la UJA.

El objetivo principal de esta muestra es la presentación de los resultados de las últimas investigaciones arqueológicas llevadas a cabo desde el Instituto de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, centradas en el estudio de los paisajes rituales, las peregrinaciones y los materiales implicados en el culto. “Sin duda, esta exposición es una apuesta más por la puesta en valor de la investigación que se realiza desde la Universidad de Jaén, incorporando las novedades en la aplicación vanguardista de la metodología científica en el campo de la arqueología”, apuntó el Rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez, encargado de inaugurar esta muestra en el espacio ‘Obra invitada’ de la antigua Escuela de Magisterio de Jaén, junto al delegado territorial de Cultura, Jesús Estrella, que hizo lo propio en el Museo Íbero de Jaén.

En concreto, el espacio ‘Obra Invitada’ acoge una cuidada selección formada por 20 piezas pertenecientes a la colección de exvotos del Museo Arqueológico Nacional, que son expuestas por primera vez en Jaén cien años después de su descubrimiento en el Collado de los Jardines (Santa Elena).

Por su parte, el Museo Íbero de Jaén añade ejemplos del Fondo Marsal, recientemente depositados en el mismo, que ha sido clave para la comprensión de las dimensiones y dinámicas del territorio de Cástulo, como se explica en esta misma obra. A esto hay que unir el conjunto de toréutica procedente de Haza del Rayo (Sabiote), que ocupa un espacio central e individualizado en el marco de la exposición, pues ha supuesto un avance para abordar el estudio de estos materiales, normalmente descontextualizados, en la medida que ha sido posible el análisis integral e interdisciplinar de un contexto de referencia. También para poner el acento en la concienciación sobre el valor del patrimonio arqueológico para el conocimiento de las sociedades del pasado, la importancia de su difusión y los efectos nefastos que el expolio causa en los sitios arqueológicos, tanto por la destrucción del sitio como por la pérdida de una información valiosísima para la ciencia.

“Además, la muestra incorpora algunos recursos didácticos como interesantes reproducciones de exvotos a mayor escala, reproducidos a través de fotogrametrías e impresiones 3D, un audiovisual sobre ritualidad íbera y una vitrina de creación artística con esculturas cerámicas elaboradas por la investigadora María Oliva Rodríguez Ariza, basadas en exvotos de bronce”, indicaba la investigadora de la UJA Carmen Rueda, una de las comisarias de la exposición.

Esta exposición temporal forma parte de los actos en recuerdo de Pilar Palazón, que la ciudad de Jaén le dedica en el aniversario de su fallecimiento. “Esta exposición y su catálogo son nuestro tributo a su persona, a su amistad, a su lucha por la defensa del patrimonio ibero giennense, siempre de la mano de su amada Asociación Amigos de los Iberos, y por la creación del Museo Ibero”, recalcó Carmen Rueda.

 Sobre los exvotos íberos

Hitos materiales fundamentales, huellas de las prácticas rituales desarrolladas en estos paisajes religiosos, son los exvotos en bronce. Son materiales que identifican a este territorio y a la comunidad religiosa que desarrolló sus ritos, a distintas escalas, en los santuarios vinculados a las ciudades, así como en los espacios de culto territoriales. Objetos únicos e importantísimos para los discursos sobre sociedad y ritualidad y que marcan el inicio de la historia oficial en los dos santuarios oretanos de Collado de los Jardines y La Cueva de la Lobera. No en vano, los conocidos como ‘muñecos’ o ‘mingos’ eran populares desde el siglo XVIII y formaron parte activa del mercado de coleccionismo privado desde finales del siglo XIX e inicios del XX, llegando a adquirir gran valor como elementos de prestigio.

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