La UCLM elabora un atlas de distribución de artrópodos ibéricos, como los escarabajos y las mariposas

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Investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), a través de la herramienta colaborativa GeoBrink, avanzan en la elaboración de un atlas de distribución de artrópodos ibéricos, como los escarabajos y las mariposas, y en la construcción de un argumentario que justifique la toma de decisiones para conservar grupos y especies teniendo en cuenta las funciones que ejercen en los sistemas naturales.

GeoBrink es una herramienta digital libre e interactiva, concebida para almacenar bases de datos masivas de registros faunísticos de grupos de artrópodos ibéricos, examinar y representar gráficamente sus áreas de distribución, acceder a los datos mediante descargas sencillas y analizar patrones de biodiversidad con fines conservacionistas.

La plataforma ha sido desarrollada por un conjunto de investigadores de nueve instituciones en el marco de los proyectos BANDENCO (Banco de datos entomológico castellano-manchego: recopilación, análisis de la calidad de los datos y disposición para su uso en conservación) e IBERARTRO (Desarrollo y aplicación de herramientas de gestión y análisis de datos faunísticos para la conservación de los artrópodos ibéricos), financiados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con fondos FEDER y coordinados por los profesores José Luis Yela y David Sánchez Fernández.

En su versión actual, la herramienta dispone de un servidor de alta capacidad y eficacia e incorpora seis módulos a los que acceden tres tipos de usuarios: ordinarios (pueden consultar y añadir registros o fotografías), taxónomos (especialistas en un grupo concreto de artrópodos que validan las fotografías subidas por usuarios ordinarios) y administradores (taxónomos responsables de la base de datos).

El análisis de los datos reunidos en GeoBrink a lo largo de varios años “está proporcionando la posibilidad de disponer de atlas de distribución puestos al día y de sentar las bases para identificar los determinantes espaciales y ambientales de la distribución de los grupos de insectos bajo estudio”, explican los investigadores. “Es de esperar que en los próximos años se disponga de un cuerpo argumental de tipo analítico que permita justificar sólidamente las decisiones sobre la conservación de estos animales, tan importantes no ya solo numéricamente, sino desde el punto de vista de las funciones que los diferentes grupos y especies ejercen en los sistemas naturales”.

El proceso requiere que los registros faunísticos reunidos en las bases de datos hayan sido validados desde el punto de vista taxonómico o de la identidad de las distintas especies. En ese sentido, uno de los investigadores responsables de GeoBrink, José Luis Yela, participa asimismo en el proyecto Fauna Ibérica, que lidera desde 1988 la investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CISC María Ángeles Ramos.

Hasta el momento, y gracias a numerosos colaboradores tanto españoles como extranjeros y tanto profesionales como aficionados, se han podido revisar la identidad taxonómica y las relaciones de parentesco evolutivo, en función de la morfología genital y de la secuencia de nucleótidos del gen mitocondrial COI, de 201 de las 212 especies bajo estudio, adscribibles a las familias Euteliidae, Erebidae y Nolidae, entre las que se encuentran productoras de plagas muy conocidas.

Además, se han preparado los mapas de distribución gracias a GeoBrink, se han revisado todas las referencias originales de todas las especies, se ha elaborado una lista amplia de sinonimias de todas ellas y se está desarrollando un espacio web para la recopilación de fotografías que ilustren sobre la variabilidad. Con estos y otros materiales también está en fase de elaboración una monografía que verá la luz en 2023.

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