Los fabricantes europeos invierten en eléctricos siete veces más en China que en la UE animados por sus incentivos

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Los fabricantes europeos invirtieron 21,7 mil millones de euros en el último año  en la fabricación de vehículos eléctricos en China, mientras que en Europa sólo se invirtieron 3,2 miles de millones a este tipo de vehículos. Los datos han sido recogidos en un informe de la Federación Transport & Environment, de la que ECODES forma parte, y provienen directamente de información pública proporcionada por los propios fabricantes.

Para la Fundación Ecología y Desarrollo, si bien China fabrica un tercio más de coches que Europa (23’5 millones vs. 17 millones) esta diferencia de mercado «no explica la elevada diferencia de inversión». A su juicio «lo que explica esta diferencia son unas políticas que ofrecen garantías de mercado a la industria a largo plazo».

En este caso, la ‘política limpia’ china obliga a los fabricantes a producir vehículos eléctricos en su territorio y a obtener créditos por una producción de este tipo de automóviles equivalente a un 10% del total del mercado de coches de pasajeros en 2019 y del 12% en 2020. Esto se traduce en que el 4% del total de ventas serán vehículos cero emisiones. Por el contrario, en noviembre del año pasado la Comisión Europea propuso unos objetivos de reducción de CO2 para los coches nuevos poco ambiciosos y olvidó el establecimiento de objetivos ambiciosos, claros y obligatorios en cuanto a la venta de vehículos de cero emisiones.

Consejo de Ministros de Medio Ambiente

El próximo lunes, 25 de junio, los ministros de medio ambiente de la Unión discutirán la propuesta en el  Consejo de Medio Ambiente en Luxemburgo: una oportunidad de los estados miembros para establecer objetivos que sirvan de motor a la industria en Europa. El nuevo Ministerio de Transición Ecológica y su ministra Teresa Ribera tendrán la oportunidad de cambiar la falta de ambición que hasta ahora había demostrado el anterior gobierno. En este resumen damos algunas recomendaciones.

Carlos Calvo Ambel, de Transport & Environment manifiesta: “China ha hecho una apuesta clara por el vehículo eléctrico y tiene ahora una considerable ventaja competitiva frente al mercado europeo y español. Entendió que la producción sigue a la demanda, y que la demanda se crea con políticas industriales inteligentes y ambiciosas. Europa sigue sin quitarse de encima la herencia sucia del diésel. Los ministros tienen dos opciones: o bien establecen objetivos de ventas de vehículos eléctricos y aseguran así los empleos vinculados al sector en Europa, o permiten a nuestros fabricantes seguir vendiendo coches sucios en Europa mientras invierten en vehículos más limpios en China que terminaremos importando”.

Volkswagen, Daimler y Renault-Nissan compiten por invertir en China. El fabricante europeo más importante, el grupo Volkswagen, va en cabeza con 10 mil millones de euros invertidos en unión con el fabricante chino Anhui Jianghuai,  como parte de su hoja de ruta para el aumento de ventas globales de vehículo eléctrico hasta 1,5 millones en 2025. Nissan ha comprometido 8 mil millones como parte de un proyecto conjunto con Renault y Dongfeng en una apuesta por liderar el mercado chino. Daimler AG se ha unido con la empresa china BAIC en un negocio de 1,6 mil millones de euros para expandir la producción de Mercedes-Benz eléctricos a una nueva fábrica en Pekín.

Un estudio realizado por Cambridge Econometrics a nivel europeo, con el respaldo de consumidores, fabricantes, sindicatos y ONGs, concluyó que podrían crearse 206.000 empleos netos en Europa en 2030 gracias a la transición de los vehículos de combustión a vehículos basados bajos en emisiones 1.  Para que esto suceda, es necesaria una regulación consistente que ofrezca garantías a la industria para invertir en Europa 2.

Míriam Zaitegui, de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) asegura: “España es el segundo mayor productor de automóviles de Europa. La necesidad de transitar hacia una movilidad más limpia que incluya la electrificación del transporte es indispensable no sólo para conseguir los objetivos de reducción de emisión pactados y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, si no también para asegurar que  tiene un impacto positivo en nuestra economía. Es una responsabilidad política establecer las condiciones favorables para que esto sea así.  China va a la cabeza por sus objetivos de ventas y Europa aún puede adelantarla si el Parlamento Europeo y los Estados miembros establecen objetivos vinculantes de 20% de reducción en 2025 y objetivos de ventas de vehículo eléctrico ambiciosos.”

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