La educación ambiental, clave para paliar la contaminación por plásticos

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La contaminación marina por plásticos es un problema cada vez más extendido a nivel mundial, que afecta especialmente a Grecia debido a la cantidad de material que se desecha y a la persistencia del mismo. La investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), Anna Maria Addamo, forma parte de un estudio europeo que ha analizado la percepción y la actitud de la población griega ante esta problemática. Los resultados muestran que existe una falta de información en la población, pero también su buena disposición a seguir políticas como la Directiva europea de plásticos de un solo uso.

“En el año 2019, los Estados miembros de la Unión Europea (UE) aprobaron la Directiva europea de plásticos de un solo uso (2019/904, UE) con el objetivo de reducir este tipo de desechos en las playas y mares europeos. La pandemia por COVID-19 ha hecho que la puesta en marcha de esta normativa se ralentice, pero la degradación de los mares no se detiene, así que desde el 3 de julio de 2021 la Directiva entra en vigor prohibiendo la venta de cualquier producto fabricado con plástico de un solo uso”, señala Anna Maria Addamo. “En Grecia se hizo una consulta pública y la medida está en vías de incorporarse a la legislación nacional. Sin embargo, nosotros nos preguntamos en qué grado la población ha participado en la adopción de la medida y cómo de dispuesta está a apoyarla”, puntualiza la investigadora.

Para averiguarlo los investigadores del estudio, publicado en la revista Marine Pollution Bulletin y financiado por OceanCare dentro de la campaña #zeroplastic de la ONG iSea, diseñaron un cuestionario con preguntas sobre el conocimiento de la población y su disposición a pagar las tasas de la Directiva y a cambiar sus hábitos de consumo. El cuestionario se distribuyó por redes sociales entre febrero de 2019 y enero de 2020. En total, 374 personas procedentes de 53 ciudades griegas, la mayoría mujeres de entre 19 y 30 años, contestaron a la encuesta.

“Los resultados muestran que, a pesar de que hay un entendimiento general acerca de la problemática de los plásticos, existe cierto desconocimiento sobre su origen y su uso. Además, reflejan que, aunque no recibieron suficiente información sobre la Directiva, los ciudadanos están dispuestos a pagar las tasas establecidas por la normativa y a seguir sus medidas, lo que garantiza el éxito de las mismas”, explica Addamo. “Este estudio pone de manifiesto que, además de proporcionar alternativas a los plásticos de un solo uso, es necesario hacer más campañas de divulgación y educación científica para reforzar el cambio en el modelo de consumo y para que los ciudadanos puedan participar en procesos de gobernanza, siendo aplicable a distintos países y problemáticas”, concluye.

Esta iniciativa se suma al proyecto MarPlaSO sobre micro y macro plásticos marinos, coordinado por la investigadora del MNCN. El estudio, financiado por Extreme E y la Fundación Enel, se basará en las muestras tomadas en una expedición que navegará desde la Amazonía hasta Ushuaia, en un barco de bajas emisiones.

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