Las víctimas de los desahucios sufren problemas de salud mental como estrés postraumático o depresión

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Algunos de los investigadores de la UGR y la EASP que participan en este artículo. De izquierda a derecha: Mª Carmen Fernández Santaella, José Luis Mata Martín, Julia Bolívar Muñoz, Mariola Bernal Solano, Jaime Vila Castellar, Humbelina Robles Ortega, Antonio Daponte Codina e Inmaculada Mateo Rodríguez.

Científicos de la Universidad de Granada (UGR), pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) y a la Facultad de Psicología, junto con investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada, han analizado el efecto de los desahucios sobre la salud de las personas afectadas. Una experiencia traumática en que un gran número de los casos acaba con ansiedad y depresión.

Concretamente, su trabajo ha demostrado que este colectivo muestra índices muy altos de ansiedad y depresión. Así, el 88% de la muestra entrevistada presenta puntuaciones patológicas en ansiedad y el 91% presenta puntuaciones patológicas en depresión.

En ambos casos, se observan diferencias de género, siendo las mujeres las que presentan niveles más altos. Los niveles de estrés percibido evaluados también son altos, si bien no existen diferencias entre hombres y mujeres.

Este trabajo ha sido publicado recientemente en la revista The Spanish Journal of Psychology, y ha tenido como objetivo explorar la salud mental de las personas afectadas. Para ello, los investigadores han examinado si los afectados muestran síntomas de ansiedad, depresión y estrés.

En este estudio fueron entrevistados de forma individualizada 205 participantes voluntarios asistentes a la Plataforma Stop Desahucios de la ciudad de Granada y su área metropolitana.

Una de las investigadoras de este proyecto, la profesora de la UGR Humbelina Robles Ortega, señala que “sin duda, uno de los datos más llamativos que hemos encontrado tiene que ver con la alta incidencia de sintomatología de estrés postraumático en las personas que están viviendo un proceso dramático como es el de los desahucios. Desde que se inicia el proceso –con la dificultad para pagar la hipoteca cada mes- hasta el momento en que la familia es desalojada de la vivienda, pueden transcurrir años”.

Se trata de un periodo prolongado de estrés, “una situación de amenaza e incertidumbre dramática con la que se levantan cada mañana y se acuestan cada noche, que está afectando su integridad física y psicológica”. El trastorno de estrés postraumático se puede desarrollar cuando una persona vive una experiencia traumática con miedo, indefensión y horror.

“Hemos encontrado una alta proporción de participantes que están viviendo la amenaza de perder su hogar con temor, impotencia y horror (en concreto, el 72.5% de los entrevistados)”, apunta Robles Ortega.

Al igual que ocurre con los niveles de ansiedad y depresión, se observan diferencias de género en sintomatología de estrés postraumático, siendo las mujeres las que presentan niveles de síntomas de estrés postraumático más altos.

Estos hallazgos tienen importantes implicaciones clínicas, sociales y políticas “que exigen medidas urgentes para atender la salud mental de las personas afectadas”, destaca la investigadora de la UGR. Al mismo tiempo, es necesario implementar políticas efectivas para encontrar soluciones alternativas a la etapa final del proceso de desalojo de viviendas.

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