Grandes cetáceos: identifican las zonas del Mediterráneo a las que acuden a alimentarse

Un equipo científico internacional, en el que han participado investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y del Instituto de Ciencias del Mar (ICM) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha logrado identificar las zonas clave donde se alimenta la megafauna marina del Mediterráneo, en concreto grandes peces, cetáceos, tortugas y aves, utilizando un enfoque innovador denominado energyscapes, que combina datos de seguimiento satelital con modelos ecológicos para estimar la distribución de sus presas.

Este nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), estima que 4,1 millones de grandes depredadores consumen aproximadamente 1,6 millones de toneladas de presas cada verano en el Mediterráneo, especialmente pequeños peces pelágicos y cefalópodos que se concentran en el extremo occidental.

La enorme cantidad de biomasa consumida por la megafauna marina

«El estudio revela la inmensa cantidad de biomasa consumida por la megafauna marina, así como su distribución espacial. Comprender estos patrones nos ayuda a dimensionar el papel ecológico de estas especies y la necesidad de proteger sus hábitats», explica Joan Giménez, investigador del Centro Oceanográfico de Málaga.

La metodología de energyscapes empleada en este estudio representa un avance significativo en la ecología marina. Al integrar datos ecológicos y energéticos, este enfoque proporciona una visión más completa de las interacciones entre depredadores y presas, permitiendo una gestión más efectiva de los ecosistemas marinos.

Mediterráneo, un ecosistema dinámico y vulnerable

«El Mediterráneo es un ecosistema altamente dinámico y vulnerable. Nuestros hallazgos refuerzan la urgencia de establecer estrategias de gestión que no solo protejan a la megafauna, sino que también aseguren la sostenibilidad de las poblaciones de peces y cefalópodos que forman parte de la red alimentaria», expone Joan Navarro del ICM, CSIC.

Los resultados de esta investigación podrían tener implicaciones directas para la conservación marina en el Mediterráneo. Según apuntan los investigadores, identificar las áreas críticas de alimentación de estas especies es clave para desarrollar políticas de conservación más efectivas, como la creación de áreas marinas protegidas o la regulación de actividades humanas que puedan perturbar estos hábitats esenciales.

Este estudio internacional ha sido elaborado en el marco del proyecto EcoScope, financiado por el programa europeo Horizonte 2020.