El único robot de España que gesticula y ayuda a niños con autismo a identificar las emociones

Compartir

Investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) están programando el único robot humanoidade con gesticulación facial que ha llegado a España para utilizarlo en ensayos con niños con síndrome del espectro autista para que les ayude a mejorar su sociabilización y comunicación.

Gema Benedicto, José Manuel Ferrández y Eduardo Hurtado junto a los robots Milo y Pepper en el laboratorio que simula una cafetería.

El proyecto Ethereal (Interacción Humano-Robot para intervenciones psicoeducativas emocionales, PID2020-115220RB-C2), financiado con 300.000 euros del Ministerio de Ciencia, emplea sensores de señales fisiológicas y técnicas de inteligencia artificial para enseñar a niños con trastorno del espectro autista lo que significan las diferentes expresiones y emociones. Hasta ahora los ensayos se habían hecho con el robot Pepper, que tiene las limitaciones de carecer de gestos

La UPCT ha adquirido, con fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación, el robot Milo a la empresa RoboKind, que no ha distribuido en España ninguna otra unidad de este modelo capaz de expresar emociones al sonreír, fruncir el ceño, hacer una mueca o poner cara de sorpresa.

«Esta empresa norteamericana no comercializa unidades sueltas y solo trabaja con centros educativos, pero les gustó nuestro proyecto de investigación porque tiene en cuenta el estado emocional de los niños», explica al periódico digital ‘El Español’ José Manuel Ferrández, catedrático de la UPCT y responsable de este proyecto.

Los investigadores del proyecto está ilusionado con las posibilidades que ofrecían las características técnicas de Milo para interactuar con los niños autistas: incorpora músculos faciales para hablar y expresar emociones y dispone de sensores que detectan el tacto y el movimiento. Además, este robot humanoide cuenta con una cámara HD para ver y grabar a personas, objetos, movimientos, expresiones y gestos, así como con un micrófono y altavoces para escuchar, grabar y reproducir conversaciones y sonidos. También mueve la cabeza, los brazos y camina.

El modelo de RoboKind ha llegado a Cartagena sin programar, con el objetivo de incorporar a Milo el mismo protocolo que se utiliza con Pepper y así poder comparar los resultados que se obtengan con ambos robots. «Vamos a hacer dos tratamientos, unos niños con ‘Pepper’, y otros con ‘Milo’, de forma que veremos si mejoran más los que tratan con Milo porque tiene gestos en la cara y es más empático, frente a Pepper que es más estático y cuyos gestos aparecen en una tablet que tiene en el pecho», ha añadido Ferrández a preguntas de Jorge Badía.

El equipo investigador está buscando a un total de 20 voluntarios: niños de 3 a 8 años, con un nivel bajo de trastorno del espectro autista. Las sesiones se desarrollarán en la Universidad Miguel Hernández de Elche en un laboratorio muy particular, ya que recrea una plaza, con la cafetería de la Terracita de Lola Catalá, detrás de cuyos cristales se encuentra la habitación de control, donde los padres pueden seguir el desarrollo de cada una de las actividades de los menores con Milo o Pepper. Las familias interesadas pueden contactar con la investigadora Gema Benedicto a través de su correo electrónico (benedicto.gema@gmail.com). Las sesiones serán una vez a la semana, gratuitas para los voluntarios, y se prolongarán durante cuatro meses.