El Hospital de Torrecárdenas realiza la primera prostatectomía robótica con el sistema Da Vinci

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El Hospital Universitario Torrecárdenas ha realizado, por primera vez en el complejo sanitario almeriense, la primera prostatectomía robótica con el sistema Da Vinci XI, un equipamiento de última generación que permite hacer intervenciones más precisas y menos invasivas. 

Según ha señalado la doctora Carolina Ocete, responsable de la Unidad de Urología, “hemos operado a este paciente de cáncer de próstata usando el robot Da Vinci que se ha completado con total éxito y ha sido realizada por los doctores Hortelano y Molina”. Con esta tecnología “la recuperación es mucho más rápida con una incorporación más precoz a su vida normal y se consiguen mejores tasas de continencia y conservación de erecciones. Se hace con una mayor  precisión a la hora de identificar el paquete vasculonervioso con lo que se disminuyen las morbilidades derivadas de este tipo de cirugía”.

Esta es la cuarta intervención en la que se utiliza este nuevo sistema robótico en la Unidad de Urología cuya tecnología permite alcanzar y operar zonas anatómicas complicadas, “sin tener que renunciar a una visualización en detalle del campo operatorio. Además, el sistema permite efectuar un control puntual y una configuración precisa de la acción quirúrgica”.

La doctora Carolina Ocete ha detallado que son diez los profesionales de la Unidad y que se realiza una intervención con el sistema Da Vinci cada semana “sobre todo para cáncer de próstata en pacientes jóvenes que cumplan las premisas para ser intervenidos con esta tecnología”. Los cirujanos del Hospital Universitario Torrecárdenas que ya han empleado este sistema robótico realizaron un programa formativo muy estricto y acreditado a nivel internacional que contó con la supervisión y tutorización de cirujanos expertos en estas técnicas quirúrgicas.

Detalles de Da Vinci

El sistema Da Vinci se compone de tres partes: una consola desde la que el cirujano manipula a distancia el robot, comunicando mediante los mangos y pedales sus gestos al instrumental quirúrgico; un carro quirúrgico que se dispone a un lado del paciente; y una torre de visión necesaria para crear y procesar la imagen anatómica. De este modo, las maniobras de los manipuladores (controladores maestros) se transmiten fielmente a los cuatro brazos del carro del paciente, reduciendo el temblor fisiológico y minimizando los movimientos involuntarios del propio cirujano a la hora de la intervención. 

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