El expresidente del Senado aboga en la UMA por la «universalidad» de la universidad

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La mesura y la reflexión serena del catedrático de Filosofía y es presidente del Senado, Manuel Cruz, ha llegado hoy a la UMA a modo de conferencia de celebración del 50 aniversario de la institución académica. En la charla, el ex presidente del Senado ha abogado “por la universalidad de la universidad” y ha recordado su capacidad para generar debate y transferir conocimiento.

Manuel Cruz Rodríguez.

La ‘Conferencia sobre la Univers(al)idad’ de Manuel Cruz Rodríguez ha tenido lugar en el Rectorado. El ponente ha sido recibido por el rector, José Ángel Narváez, y presentado por el vicerrector de Planificación Estratégica y Desarrollo Estatutario, Gaspar Garrote, y por Clelia Martínez, catedrática de Historia Antigua de la Universidad de Málaga. Profesores e interesados en la trayectoria de Cruz -con innumerables premios, libros y colaboraciones en medios de comunicación a sus espaldas- han asistido a la charla, que ha hecho hincapié en el carácter transmisor y depositario de conocimiento de la Universidad.

En esta línea, el conferenciante ha hecho una reflexión sobre la universalidad de los contenidos de la Academia -tanto los que se atesoran como los que se producen-, la diversidad de ideas, la generalización del acceso a los estudios, las políticas universitarias y la generación del conocimiento, desde el que propicia las tan ansiadas salidas laborales como el que se posa en las Humanidades, para las que ha reclamado también el concepto de “formación permanente” que se le atribuye a las ciencias y las tecnologías.

Aquí se ha centrado en el debate universitario, en su opinión cada vez más ausente de las aulas y las tribunas. “Hay que inscribir a la Universidad en la agenda social”, ha afirmado, al tiempo que ha recordado que “hace unas décadas los debates públicos solían surgir o circunscribirse en las universidades, algo que ahora no se produce”.

“Hemos de ponernos a pensar en el papel que desempeña la Universidad en este contexto -ha añadido-, y no dar tanto protagonismo a las políticas orientadas a la competitividad, pues hay que mantener un modelo público que entienda la generación de conocimiento como prestación social, y no solo como productor de beneficios económicos”.

Ha concluido diciendo que “se impone una reflexión general en profundidad sobre la naturaleza del conocimiento y sus formas de transmisión”, para lo que ha recordado la afirmación del filósofo Antonio Escohotado que decía que “aprender es disfrutar cambiando de idea”.