Cuevas de Sorbas, cápsula del clima atrapado en yeso

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Las estalactitas de las Cuevas de Sorbas (Almería) permiten conocer cómo fue el clima en tiempos muy remotos. Un equipo de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Almería reconstruye ese pasado.

Interior de las Cuevas de Sorbas.
Interior de las Cuevas de Sorbas.

Los investigadores del cambio climático necesitan patrones del pasado en los que fijarse, que les permitan comparar lo que ocurre en el momento actual con lo que sucedió hace cientos o miles de años. Pero conseguir esta información es muy difícil.

La meteorología es relativamente reciente y solamente hay datos fiables desde los primeros años del siglo XIX, así que para conocer lo sucedido en fechas anteriores hay que recurrir a métodos mucho más complejos, que requieren de la ayuda de geólogos y otros especialistas en leer lo que el tiempo ha escrito en las rocas.

Reconstruir el clima pasado con estalactitas de yeso de las Cuevas de Sorbas

Las formaciones geológicas constituyen una fuente de información fundamental y, entre ellas, destacan las formadas por la acción del agua, como es el caso de las formaciones de carbonato cálcico, material del que están hechas la inmensa mayoría de las estalactitas y estalacmitas de cuevas de todo el mundo.

Sin embargo, el grupo de investigación de Recursos Hídricos y Geología Ambiental de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Almería ha desarrollado un método novedoso para extraer información sobre el clima del pasado de estalactitas y estalacmitas de yeso, algo que hasta ahora no se había podido hacer.

Los investigadores del grupo que dirige José María Calaforra ha podido reconstruir cómo era el clima durante la ocupación romana de la Península Ibérica, entre los siglos VIII a.C. y el siglo VIII, gracias a una estalactita de yeso de la Sima Blanca, una de las muchas cuevas ubicadas en el karst en yesos de Sorbas (Almería), donde se ha registrado la evolución climática de esos 1.500 años y en la que se observa un clima mucho más húmedo que el actual, situación que pudo favorecer el asentamiento de los romanos en la Hispania de la época.

Estalactitas de yeso de las Cuevas de Sorbas.
Estalactitas de yeso de las Cuevas de Sorbas.

Metodología novedosa para leer el clima en estalactitas de yeso de las Cuevas de Sorbas

Lo explican en un artículo publicado un artículo en la revista Scientific Reports, cuyo autor principal de este estudio es Fernando Gázquez, profesor de Geodinámica Externa de la Facultad de Ciencias Experimentales de la UAL, donde detallan la metodología novedosa empleada para el estudio de estas formaciones de yeso.

Fernando Gázquez declara que el estudio de espeleotemas (estalactitas, estalacmitas, coladas…) de yeso como testigos de paleoclimas arrancó en el marco del proyecto Paleogyp, finalizado en 2010, pero ha sido ahora cuando han obtenido estos resultados tan importantes.

Suponían que de estas formaciones de yeso que abundan en las Cuevas de Sorbas se podía extraer información sobre cómo era el ambiente en el exterior. Y no se equivocaron. Es más, han logrado una información muy útil, que resulta muy difícil de obtener en ambientes áridos como los del Sureste.

Estalactita de yeso de las Cuevas de Sorbas analizada por los investigadores de la UAL.
Estalactita de yeso de las Cuevas de Sorbas analizada por los investigadores de la UAL.

Registro del grado de evaporación del agua

“Lo más novedoso es que por primera vez hemos utilizado una estalactita de yeso para reconstruir el clima del pasado, porque normalmente se suelen utilizar de carbonato cálcico, que son las que se encuentran en la mayoría de las cuevas”, explica Fernando Gázquez.

Los investigadores partían de la hipótesis de que los espeleotemas de yeso de esta las Cuevas de Sorbas pueden registrar el grado de evaporación del agua en el entorno en su composición química, datos que permiten reconstruir los cambios de humedad o la cantidad de lluvia en el pasado.

Para conocer el clima registrado durante el crecimiento de la estalactita analizada, que mide 63 centímetros y tardó 1.500 años en formarse, analizaron los “isótopos estables”, que les permite determinar si las moléculas de oxígeno que componían el agua que propició el crecimiento de la estalactita analizada eran poco o muy pesadas.

“En un proceso de evaporación, el agua más ligera pasa más fácilmente a la atmósfera y en la disolución se quedaría el agua más pesada. En un periodo seco tenemos una proporción de isótopos pesados mayor que en un periodo húmedo”. Y justamente fue este dato el que les ha permitido conocer que el clima que se encontraron los romanos a su llegada era mucho más húmedo que el actual y que, conforme pasaron los siglos, tornó a más árido.

Método aplicable a cualquier formación de yeso

Este método se puede aplicar a cualquier formación de yeso, no solamente los espeleotemas de cuevas, sino también en los yesos acumulados en los fondos de algunos lagos, tal y como están haciendo ahora en un humedal de Archidona (Málaga), donde hay testigos de sedimentos y se quiere conocer el nivel de evaporación del agua cuando se formaron esos yesos.

Esta metodología presenta ventajas muy interesantes. Por un lado, permite conocer con un nivel de certeza muy elevado la evaporación registrada en la formación del yeso. Este dato también puede conocerse con el estudio de paleotemas de carbonato cálcico. Sin embargo, no es tan fiable, porque en estos fenómenos geológicos también hay información sobre temperatura y materia orgánica, que pueden ‘contaminar’ los datos sobre humedad.

Sección de la estalactita de la Cueva de Sorbas.
Sección de la estalactita de la Cueva de Sorbas.

Estalactita de la Cueva de Sorbas formada en época romana

El hecho de que esta estalactita sea de la época romana es pura casualidad. Los investigadores de la Facultad de Ciencias Experimentales de la UAL la eligieron porque estaba desprendida en el suelo, ya que en sus estudios, en la medida de lo posible, intentan no alterar la estructura de las cuevas. En la actualidad todavía no hay una técnica que permita, a simple vista o con un análisis sencillo in situ, determinar la antigüedad de los espeleotemas, por lo que, en este sentido, los investigadores van casi a ciegas.

En cualquier caso, la época histórica en la que se formó esta estalactita no es un dato relevante. Lo más destacado de esta investigación, aclara Fernando Gázquez, reside en la metodología de análisis y la posibilidad de obtener información paleoclimática de este tipo de formaciones de yeso, que puede ser aplicada en cualquier parte del mundo en que se encuentren espeleotemas de yeso, algo, por otra parte, poco común.

Fernando Gázquez.

Esta investigación continúa con el análisis de muestras de las estalactitas en la Universidad de Quebec (Canadá), para conocer los “elementos traza”atrapados en el yeso. Concretamente, estudiarán la presencia de plomo y arsénico, porque son elementos generados en la actividad minera. “Se sabe que los romanos tuvieron una actividad minera muy importante, y cuando es a cielo abierto se generan muchos aerosoles que pueden transportarse miles de kilómetros”. Con estos nuevos análisis se podrá determinar el nivel de la minería en la época y, de nuevo, comprobar si esta metodología resulta adecuada para estudiar esta actividad humana.

Los espeleotemas de yeso se revelan como una cápsula del tiempo para conocer climas pasados, una información de gran valor que permite explicar la evolución de la historia y profundizar más en el cambio climático actual.

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