Cerca del 30% de los menores andaluces padece miopía

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Septiembre es sinónimo de vuelta al colegio. Más de 948.000 alumnos de Andalucía, de entre 6 y 15 años, regresan a las aulas, en medio de unas disposiciones excepcionales debido a los distintos protocolos. Entre las diferentes rutinas y hábitos saludables necesarios en los menores, hay una que este año especialmente sobresale: la revisión visual. Este trimestre, según César Villa, PhD en Optometría y vocal de la Sociedad Española de Optometría,es el idóneo para que niños y jóvenes acudan a una revisión visual que permita prevenir y/o detectar problemas visuales, especialmente la miopía, que se estima que ya afecta al 20% de la población menor de 18 años”. 

Según un estudio realizado por el Consejo General de Colegios Ópticos-Optometristas (CGCOO), el 34% de la población infantil tiene problemas de visión y tan solo 3 de cada 10 niños de menos de 7 años han acudido alguna vez a un profesional de la visión. En la comunidad, esa estimación supera los 284.000 menores miopes. 

El protagonista del retorno escolar del 2021 será la vacunación y el coronavirus, pero eso no puede quitar el foco de un hecho cada vez más importante: la salud visual de los niños y jóvenes. El último año y medio ha supuesto un reto en muchos aspectos, y sin duda lo ha sido también para la visión. Una menor exposición a la luz natural, un menor uso de la visión de lejos y un aumento en el tiempo de uso de pantallas, tanto por necesidad formativa como en los momentos de ocio, han hecho que la visión se haya empleado en condiciones que con frecuencia repercuten en el rendimiento visual con un incremento de dificultades en la visión, entre ellas principalmente la miopía” ha señalado Elena García Rubio, optometrista y directora de la Clínica Instituto Nacional de Optometría. 

El sector óptico y el oftalmológico recomiendan una revisión anual de la visión desde los tres años, que incluya una prueba de campo visual para la visión periférica y lateral y una prueba de agudeza visual, el famoso panel de letras y símbolos. “Los niños no se quejan como los adultos y los padres notan problemas de visión de sus hijos cuando son graves o ha pasado mucho tiempo. La detección temprana es fundamental porque podemos poder remedio fácilmente a problemas que en el futuro puedan provocar desprendimiento de retina, catarata o daños en la mácula, entre otras, ha indicado el Dr. Francisco Javier Hurtado de la Clínica Oftalmológica Rementeria en Madrid.En este punto, también el CGOO destaca que hasta al 10% de los prescolares y el 25% de los escolares tiene problemas visuales. 

Según el catedrático César Villa “se debe realizar la primera revisión visual en el primer año de vida. Después, es fundamental alrededor de los 3 años (previa al inicio de la Educación Infantil), y a los 6 años (inicio de la Educación Primaria). A partir de ahí hasta los 14 años aproximadamente una vez por año coincidiendo con el inicio del curso escolar”.

Actualmente, se estima que algunos casos de fracaso escolar puedan tener relación o agravarse por problemas de visión no detectados o mal compensados. Los expertos señalan, además, que muchas veces los propios padres no son conscientes de la relación existente entre algunas anomalías visuales como la miopía y el riesgo de futuros problemas de salud ocular. Según un reciente estudio realizado por YouGov en Reino Unido, los progenitores ignoran los riesgos asociados a la miopía y que incluso su progresión se puede ralentizar, a través de determinadas actuaciones. 

La miopía infantil, que ya afecta a uno de cada cinco niños en España, es una anomalía que no se puede erradicar, pero también es un problema visual que se puede solucionar a través de una detección temprana, un correcto tratamiento y el uso de lentes adecuadas”, ha explicado el Dr. Hurtado. El ojo es un órgano que crece y se adapta a la visión que más usa la persona. Si durante el confinamiento los jóvenes han usado más la visión de cerca, muchos ahora podrían desarrollar algo de miopía. Su detección precoz permitirá el uso precoz de los tratamientos antes mencionados como las lentillas desechables diarias infantiles que pueden llegar a frenar el crecimiento de la miopía en un 59% de media.

Frente a esta afección ocular, desde hace cinco años se comercializan en España unas lentillas que frenan el progreso de la miopía en menores. El experto ha comentado que los propios niños se familiarizan con este tipo de lentillas diarias mucho antes que los adultos, lo que supone “un avance científico y social porque ayudará a prevenir el aumento de la miopía en el futuro”, según ha remarcado en su valoración.

Estas lentes de contacto blandas están aprobadas y reconocidas por el sello CE europeo desde 2016, certificación a la que se ha unido en 2019 la Agencia del Medicamento de Estados Unidos -FDA por sus siglas en inglés-, y en 2021 la Agencia China, convirtiéndose en las únicas lentillas avaladas científicamente que frenan la progresión de la miopía en niños de 8 a 12 años hasta en un 59% de media. Las valoraciones de los últimos años de comercialización han sido también publicadas en la prestigiosa revista Optometry and Vision Science, de la American Academy of Optometry. 

¿Cómo saber si mi hijo es miope? Uno de cada cinco niños es miope en España y la cifra no para de crecer

La fase de progresión rápida de la miopía suele ocurrir entre los 8-12 años, aunque a veces se adelanta a partir de los 6, cuando los menores comienzan a leer y acceder a pantallas de manera más independiente, también pueda aparecer. Hay dos factores principales que pueden incrementar el desarrollo de la miopía: la genética y el estilo de vida. 

Cuando los dos progenitores son miopes, 1 de cada 2 hijos podría ser miope, relación que desciende hasta 1 de cada 3 cuando solo el padre o la madre lo es y 1 de cada 4 cuando ninguno de los padres es miope.1 Además, el estilo de vida actual puede influir en el desarrollo: tareas prolongadas de cerca como leer, jugar a videojuegos o dispositivos, o permanecer muchos minutos seguidos con la vista enfocada en las pantallas acrecienta el riesgo de aparición o progresión de la miopía. A ello se suma la exposición baja a la luz natural o hacer tareas con baja iluminación. 

Como se ve, el factor estilo de vida ha sido común para casi todos los niños españoles durante el confinamiento, razón de más para que en el inicio del curso escolar los padres se conciencien sobre la importancia de una revisión”, ha razonado García Rubio.

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