Campus de la Universidad de Alicante, un paseo completo de la mano del nuevo libro de Publicaciones

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Ernest Hemingway en 1937 pisó el suelo del campus de la Universidad de Alicante. Llegaba, procedente de Toulouse para cubrir, como periodista norteamericano, la Guerra civil española. Tiempo antes, en 1911, un piloto llamado Antoine de Saint-Exupéry descendía en biplano en el antiguo aeródromo de Rabassa (1919), en terrenos de San Vicente del Raspeig, ahora suelo universitario, el mismo que pisaría después el autor de “El viejo y el mar”. Esta es la razón por la que el campus de la Universidad de Alicante (UA) conserva el edificio de su torre de control aéreo (1940), entre otros muchos antiguos pabellones militares, y su hangar para los aviones (1938).

Son algunos de los espacios de su paisaje urbano y arquitectónico. El tiempo y la necesidad de expansión han ido sumando edificios singulares, como el diseñado por el arquitecto portugués Álvaro Siza (1997) para albergar el Rectorado; el Museo (MUA), obra de Alfredo Payá (1995); o el edificio Germán Bernácer, diseño del alicantino Javier García Solera (1994). Antes de todo esto, en 1901, el entonces general Elizaicin, instaló en los 400.000 m2 el llamado campo de Tiro Nacional (escopeta). La historia es parte fundamental del origen de este campus.

 

Pero, ¿qué más tiene de especial el campus universitario de la Universidad de Alicante? Diseñado como un recinto cerrado, con tres accesos diferentes, el campus es un espacio vivo; un inmenso jardín poblado por aves como los ánades azules o los mirlos comunes, mamíferos como los erizos o los murciélagos, reptiles como las tortugas, roedores como las ardillas, e insectos como la abeja melífera o la mariposa calavera que las páginas de Campus de la Universidad de Alicante, una de las últimas novedades de Publicaciones de la Universidad de Alicante enseña a reconocer. El volumen, de la colección de divulgación L’ordit, ha contado con el doctor en Biología y profesor de la UA Carlos Martín Cantarino en calidad de editor.

Campus hace un recorrido por todos aquellos paisajes visitables en el espacio universitario: al urbanismo, la arquitectura y su paisaje se suma el paisaje vegetal; pasea, además, por la población de insectos que lo habitan, distinguiendo entre polinizadores y plagas. La fauna vertebrada tiene un capítulo especial, como también lo tiene el patrimonio pétreo, todo un viaje geológico sin salir de este recinto universitario. El ciclo del agua, importantísimo para dar vida a tanta diversidad, es asimismo objeto de la monografía; y un capítulo, dedicado a los monumentos y homenajes, permite al paseante hacerse una idea de la producción artística de escultores como Arcadio Blasco, Morán Berrutti, José Díaz Azorín o Antonio Miró, al tiempo que da la oportunidad de acercarse a las formas del reloj solar, diseñado por el profesor Ramón Mestre (1993), o preguntarse porqué Mario Benedetti cuenta con un monolito en su memoria, que descansa junto a la palmera que él mismo plantó en 1997.

Para acompañar al curioso, el libro aporta un plano guía, con señalización de cada uno de los espacios y puntos de que tratan los colaboradores, profesores y expertos de la UA Pablo Martí Ciriquián, María Elia Gutierrez-Mozo, María Ángeles Marcos, Estefanía Micó, Jana Marco,m Guillermo Mayor, Julio Merayo, Germán Lópezx Iborra, Hugo Corbí, Javier Martínez Martínez, María Fernanda Chillón, José Miguel Andreu y Pedro Alfaro. Campus se edita en sus versiones en castellano y valenciano.

Este libro está dedicado a la memoria de la compañera del Servicio de Publicaciones de la UA, Olivia Manzanaro García.

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