Expertos internacionales buscan la forma de rescatar un barco de más de 2.000 años de antigüedad

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La extracción y conservación del barco Mazarrón II constituye el centro de atención de la reunión internacional de expertos que se celebra hasta el sábado en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA) de Cartagena. Las jornadas, impulsadas por la Comunidad y el Ministerio de Cultura y Deporte, con la participación de la Unesco, servirán para escuchar las experiencias de los especialistas en la extracción de barcos.

Recreación del pecio fenicio Mazarrón II.

“Sin duda, su recuperación es una oportunidad única a nivel internacional para profundizar en el conocimiento de la arqueología y la arquitectura naval histórica, así como en los procesos de conservación y restauración de pecios antiguos”, explicó el consejero de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes, Marcos Ortuño, que participó hoy en la inauguración de la jornada.

Esta reunión internacional permitirá asimismo conocer las distintas técnicas y tratamientos de conservación de maderas empapadas en agua, además de analizar las ventajas y desventajas de las diferentes alternativas. En el transcurso de estas jornadas también se compartirán las buenas prácticas llevadas a cabo en otros centros de investigación.

En este sentido, el consejero subrayó que “este proyecto va a ser un perfecto escaparate de las labores de investigación, protección, conservación y difusión del patrimonio arqueológico subacuático, tal y como recoge la Convención de la Unesco, y sitúa a la Región de Murcia en la vanguardia”.

Un barco fenicio con más de dos siglos

El pecio fenicio Mazarrón II fue descubierto en 1994 a escasos 2 metros de profundidad en la Playa de la Isla del Puerto de Mazarrón. Se trata de un barco de más de 2.000 años de antigüedad, una pieza arqueológica, sin duda de gran valor, cuyo interés científico y patrimonial viene acreditado por su declaración como Bien de Interés Cultural en el año 2015.

Se trata del barco antiguo más completo encontrado hasta el momento, pues se conserva casi entero desde la proa hasta la popa. Tiene una eslora de 8,10 metros, una manga de 2,25 y un puntal aproximado de 1,10. En su interior conserva todas las cuadernas de higuera cosidas con fibra vegetal, mientras que las tracas de pino que forman el casco están unidas por un sistema de espigas y se empleó una fibra vegetal para calafatear las juntas.

Fue excavado entre 1999 y 2001 y se decidió mantenerlo en el fondo del mar. Para garantizar su protección frente al oleaje, a la actividad biológica y al expolio, se colocó una caja metálica que desde entonces sigue instalada y es revisada periódicamente por arqueólogos, que han detectado que después de cerca de 20 años presenta un riesgo de afección y deterioro.

Tras diversas actuaciones realizadas por Comunidad con el consenso del ARQUA, en la actualidad existe una probabilidad de que el pecio pueda sufrir alteraciones como consecuencia de un temporal o por las corrientes marinas. Tras varios años de estudios y debates sobre la conveniencia de conservarlo en el fondo a perpetuidad o, por el contrario, extraerlo para su posterior tratamiento de conservación y futura exhibición.