Un TFG de la UGR analiza el uso de harina de insectos en dietas para peces

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Ejemplar de Hermetia illucens. FOTO Beatriz Moisset

La población humana sigue creciendo y con ella sus necesidades y sus residuos, que se acumulan en cada rincón del planeta alterando ecosistemas marinos y terrestres. Tal es la gravedad, que se han encontrado envases de plástico en islas deshabitadas. Sin embargo, el punto de mira también se centra en las necesidades, ¿de dónde sacaremos los recursos para mantener a semejante población? Con recursos podemos hablar de algo tan básico como el alimento. Se calcula un aumento del 60-70% en el consumo de productos animales para el 2050 (Makkar et al., 2014). A su vez, la mayor demanda de productos de ganadería y acuicultura supone un aumento de los precios por la menor disponibilidad. La mayoría de las especies que se producen en acuicultura para el consumo humano, son especies carnívoras alimentadas de otras especies denominadas forage fish, o peces cebo. Se trata de especies de niveles tróficos más bajos, que también deben ser capturadas o cultivadas, pues las fluctuaciones en los eventos de El Niño están alterando la dinámica de las poblaciones naturales (Naylor et al., 2009; Merino et al., 2012).

La inclusión de la harina de insecto se presenta como una fuente de proteína alternativa a la harina de pescado y la harina con proteína vegetal, opciones caras y limitadas utilizadas hasta el momento en acuicultura, según se refleja en un Trabajo de Fin de Grado de la alumna de la UGR María Isabel Hernández Cortés. Hermetia illucens (soldado negro) y Tenebrio mollitor (gusano de la harina) son dos candidatos idóneos por su contenido en aminoácidos y en lípidos monoinsaturados (Van Huis et al., 2013; Cardinaletti et al., 2019). La inclusión de harina de insecto elaborada a base de H. illucens y T. molitor se presenta como una alternativa viable en la mayoría de los casos (Gasco et al., 2019), con resultados favorables en el bagre (Clarias gariepinus), la lubina (Dicentrarchus labrax), el salmón atlántico (Salmo salar), la carpa (Cyprinus carpio), la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) y la tilapia del Nilo (Oreochromis niloticus) (Makkar et al., 2014; Elia et al., 2018).

En la tenca (Tinca tinca) sin embargo, no se había comprobado si la inclusión de harina de insecto provocaba estrés oxidativo, indicador de patología y mal funcionamiento en los organismos. Es una especie rentable desde el punto de vista económico porque resiste condiciones adversas y se adapta a medios con pocos recursos (Guijarro et al., 2003). En vistas a la introducción de nuevas dietas, resulta fundamental analizar el efecto sobre el sistema digestivo, especialmente el hígado por ser un tejido aeróbico con una alta producción de ROS (reactive oxygen species).

Para ello, se midió la actividad de los principales enzimas antioxidantes frente a ROS de los que dispone el organismo, en ejemplares de tenca alimentadas con harina de insecto en distintos porcentajes de sustitución (H15, H30, T15, T30) frente a la harina de pescado, mantenidas en el Centro de Acuicultura de Vegas del Guadiana (Badajoz). Los enzimas antioxidantes analizados fueron la superóxido dismutasa (SOD), la catalasa (CAT), la glutatión reductasa (GR), la glutatión peroxidasa (GPX), y la glucosa 6–fosfato deshidrogenasa (G6PDH); y los niveles de peroxidación lipídica se determinaron mediante la concentración de uno de sus productos, el malonialdehido (MDA).

Las rutas metabólicas se conectan entre sí. El desequilibrio entre agentes oxidantes (radical hidroxilo, anión superóxido, peróxido de hidrógeno) y defensas antioxidantes enzimáticas y no enzimáticas, conlleva el estrés oxidativo. El aumento de la actividad GPX en el hígado de las tencas alimentadas con T. molitor no se corresponde con un aumento de la actividad GR y G6PDH, por lo que no habría regeneración del glutatión oxidado por la primera de las enzimas citadas. En el caso de las dietas con H. illucens, hay un ligero aumento de la actividad GR y G6PDH, aunque no es significativo respecto a la dieta control. Esta mayor actividad aseguraría la presencia de glutatión reducido (GSH), uno de los antioxidantes no enzimáticos más importantes en la defensa celular frente a los radicales libres. La harina de H. illucens sería entonces una alternativa más favorable, pero en ambos casos la sustitución parcial de harina de pescado por harina de insecto no ha supuesto un aumento significativo de peroxidación lipídica ni la aparición de estrés oxidativo. Se requiere de estudios futuros acerca de la harina de insecto, una nueva fuente de energía que podría ser utilizada para paliar las necesidades de la alimentación humana. Introducirla en los animales es un primer paso, y los resultados están dando positivo.

María Isabel Hernández Cortés

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