¿Por qué nos cocemos este verano?

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Almerimar-playaDos son las variantes que influyen en la temperatura: por un lado el ciclo solar, que tiene su pico más alto el 23 de junio y posteriormente va decayendo, y por otro la circulación de la atmósfera. El cambio en los patrones de esta segunda variante es el causante de las persistentes altas temperaturas que se están registrando durante este verano, según apunta el profesor del Departamento de Física de la Universidad de Jaén y miembro del grupo de investigación Modelización de la Atmósfera y Radiación Solar, David Pozo.

El investigador de la Universidad de Jaén explica que “llevamos semanas con la misma circulación de aire, que proviene del Sur, un aire muy caliente al haber estado posado sobre el Sáhara, con lo que se alcanzan los 40 grados”. “Este aire viene muy caliente ya cuando entra por el sur de la Península y hace que tengamos temperaturas extremas de forma persistente, alcanzándose con facilidad los 40 grados. Lo normal es que la circulación del aire en verano sea más variable, con algunas olas de calor de dos o tres días y posteriormente con una bajada de temperaturas asociada al aire que viene del Atlántico, que al pasar por el mar viene más enfriado y hace que las temperaturas bajen, llegándose a máximas de no más de 35 grados”, explica.

Sin embargo, este verano la circulación de la atmósfera sobre la Península Ibérica es “muy anormal”, lo que en opinión de David Pozo coincide con los modelos de cambio climático que se pronostican como una de las consecuencias de la emisión de gases de efecto invernadero. “Lo que hace que aumente la temperatura respecto a otros años es el cambio en los patrones de circulación en la atmósfera, las direcciones de los vientos.

Los patrones que tenemos ahora mismo, es decir, que vengan de forma persistente vientos del Sur, es una de las consecuencias que apuntan los pronósticos de cambio climático. Emitimos CO2 a la atmósfera y eso hace que aumente la temperatura. Un aumento que no es homogéneo de manera global”, asegura el investigador de la Universidad de Jaén.

Sobre las temperaturas registradas, David Pozo asegura no tener conocimiento en registro instrumental de haber tenido hasta casi cuatro semanas seguidas viento del Sur en los últimos treinta años, una situación que ha provocado el registros récord de temperaturas en muchas estaciones meteorológicas de toda España.

“Hablamos de termómetros de aeropuertos, no en ciudad donde se registran unos cuantos grados más debido a los edificios, al funcionar el hormigón y el asfalto como una especie de almacén de calor”. Así, el pasado mes de junio fue “anormalmente cálido” respecto a los últimos 30 años, con entre 1 y 2 grados más registrados en toda España. “Se trata de temperaturas bien medidas, que en el centro de ciudades como Sevilla o Jaén pueden ser 5 o 6 grados más”.

En Jaén, según los datos recogidos por la Estación Meteorológica de la UJA en el Campus de Las Lagunillas, la temperatura más alta registrada en julio se produjo el día 16 a las 19 horas (40,8 grados) y la mínima el día 8 a las 7,30 horas (25,4).
Sobre lo que queda por venir este verano, David Pozo declara que no se puede pronosticar con seguridad lo que va a pasar más allá de tres días. “Los patrones de circulación tienen un ciclo estacional y la posibilidad de tener olas de calor persistentes decae mucho en agosto.

Además, poco a poco la solar va bajando, por lo que las temperaturas máximas en agosto son siempre menores que en julio, en promedio. Lo raro es que en junio y julio, que suele haber alternancia, hayamos tenido una situación de casi permanentemente entradas de aire del Sur”, afirma.

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