La UMU y la UA participan en un proyecto que recopila las inundaciones mediterráneas de los últimos 1.000 años

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Efectos de la temida gota fría.

Los últimos episodios de lluvias torrenciales en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía son habituales en esta época del año, según demuestran los registros históricos. Las proyecciones de los modelos climáticos para un futuro marcado por el calentamiento global indican una creciente irregularidad pluviométrica, con más sequías, pero, al mismo tiempo, un incremento de lluvias torrenciales.

Analizar el impacto y complicaciones que el aumento de las precipitaciones puede provocar es clave para poder realizar una buena intervención pública y mitigar sus efectos. Por ello, es necesario disponer de mecanismos de recopilación, ordenación y análisis de episodios meteorológicos extremos a escala histórica, que permitan reducir incertidumbres y planificar de forma adecuada las actuaciones de adaptación y respuesta. Este es el objetivo del proyecto de investigación europeo ‘MEDIFLOOD’, coordinado por el investigador David Pino, vinculado al Departamento de Física de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC), y desarrollado conjuntamente con equipos multidisciplinares de la Universidad de Murcia, Universidad de Barcelona, la Universidad de Lleida, la Universidad de Alicante y el Servicio Meteorológico de Cataluña.

El sistema de catalogación y clasificación unificado del proyecto ‘MEDIFLOOD’ ha conseguido definir 14.500 casos de inundación pluvial y fluvial, que abarcan de forma continua desde el 3 de noviembre del 1035 hasta el 31 de julio de 2019. Esta información ha permitido identificar, hasta el momento, 3.980 episodios de inundación. El material de apoyo con todos los detalles y referencias constituye un tesauro de 7.600 páginas, difundido recientemente a la comunidad científica a través la revista Global and Planetary Change. 

Los datos recopilados provienen no solo de los materiales disponibles en el Catálogo Nacional de Inundaciones Históricas (CNIH), del Ministerio del Interior, sino también de bases de datos e informes de las diferentes autoridades de cuenca hidrográfica, así como de trabajo historiográfico de búsqueda y recopilación en fuentes documentales y bibliográficas aún inexploradas en un elevado porcentaje.

Análisis de los datos

La base de datos creada muestra que la vertiente mediterránea de la Península Ibérica ha sufrido inundaciones de diversa intensidad, algunas mucho más extremas que las registradas instrumentalmente. El comportamiento del clima ha generado momentos más o menos favorables a las lluvias torrenciales, tanto en fases cálidas como en fases frías.

Las lluvias que han producido las recientes inundaciones en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía han sido elevadas (con máximos de más 300 mm en 24 horas), pero quedan lejos de las máximas registradas en 24 horas en Oliva (Valencia) el 03/11/1987 de 817 mm (máximo oficial registrado en España). En cuanto a las intensidades máximas que se han medido en el episodio actual, unos 150 mm/h, superan los 129.9 mm/h medidos oficialmente en Santa Cruz de Tenerife el 31 de marzo de 2012. Con estas intensidades de lluvia extremas, la respuesta hidrológica es muy repentina, en una o dos horas, así como voluminosa, de forma que se generan inundaciones de tipo relámpago extremadamente peligrosas, denominadas flash-floods. A pesar de ser graves, estas inundaciones son de la misma magnitud o más pequeñas que algunos episodios registrados en noviembre de 1617 en casi toda la vertiente Mediterránea, en octubre de 1787 en la cuenca del Ebro o en mayo de 1853, en los ríos Cinca, Segre y el curso bajo del Ebro.

Para hacer frente a los retos de futuro que plantea esta realidad, tan importante es estudiar los procesos climáticos como los efectos de la actuación humana sobre el territorio. En este sentido, el proyecto ha analizado cuál ha sido la adaptación de la población a esta climatología con manifestaciones a menudo adversas. Según la investigación, el cambio principal se da en la forma en que se ha ocupado el territorio y en el consecuente impacto, unas transformaciones que a lo largo de las últimas décadas han influido negativamente en el comportamiento de los sistemas fluviales. Se ha detectado, por ejemplo, un incremento sustancial de las inundaciones pluviales, o in situ, a menudo vinculadas a problemas de drenaje, y que ocasionan perjuicios y daños en zonas que no habían sido anteriormente inundadas.

Tal y como señala el investigador principal del proyecto, David Pino, «el catálogo permitirá evaluar los efectos de las actividades humanas (crecimiento urbanístico, ocupación de cauces fluviales, impacto de obras públicas, por ejemplo), ante inundaciones pluviales y fluviales de diferente tipo». Esto permitirá desarrollar propuestas para una mejor gestión del riesgo climático, avanzando en la reducción de exposición y vulnerabilidad al riesgo. 

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