La finca Grice-Hutchinson de la UMA: campo de cultivo para la investigación y la docencia

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Este Centro de Experimentación alberga laboratorios, invernaderos, espacios para congresos científicos y el Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul ‘IBYDA’.

La Universidad de Málaga (UMA) cuenta con un espacio privilegiado para el apoyo a la docencia y la investigación. Cerca de dos hectáreas de terreno, donados a la Universidad a mediados de los años 80 por Marjorie Grice-Hutchinson, donde hoy se localiza un centro multidisciplinar de experimentación para la I+D+i, que alberga laboratorios, invernaderos, espacios para congresos científicos y el Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul ‘IBYDA’.

Localizada en la barriada de San Julián, la finca Grice-Hutchinson es centro de formación acreditado por la Junta de Andalucía desde principio de los 90, estructura de apoyo para grupos de investigación, docentes y estudiantes como lugar físico para la experimentación, e infraestructura para la producción de plantas y suelo para el Jardín Botánico de la UMA, del que es sede complementaria.

Entre sus instalaciones destacan la sala de reuniones para investigadores ‘Cochera Azul’, unos 400 metros de invernaderos, un edificio para congresos y encuentros de todas las áreas de conocimiento y el edificio de administración, emplazado en la que fue la casa de George Willian, el padre de Majorie, que residió en la finca desde 1925 a 1959.

Mantener la esencia de la finca

“A lo largo de los años hemos intentado trabajar en la conservación de la finca manteniendo su esencia”, explica el director técnico del centro José Miguel Prados, quien señala que para la recuperación de la misma se ha contado con la implicación de los vicerrectorados de ‘Investigación y Transferencia’ y ‘Smart-Campus’ de la UMA.

La relación de Marjorie Grice-Hutchinson con la Universidad de Málaga comenzó a finales de los años 70, cuando esta economista británica empezó a colaborar con el Departamento de Teoría e Historia Económica. Fue en 1984 cuando decidió ceder los terrenos de la finca a la Universidad de Málaga, que en 1992 la invistió doctora honoris causa.

Los profesores de la UMA Fernando Pliego y Baltasar Cabezudo, del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal; Victoriano Valpuesta, de Biología Molecular y Bioquímica, y Jaime Rodríguez, de Ecología y Geología, fueron los primeros investigadores en trabajar en este espacio.

Investigación en sistemas acuáticos

La finca también es sede del Instituto Universitario de Biotecnología y Desarrollo Azul (IBYDA) y de la Unidad de Ecología y Microbiología de Sistemas Acuáticos Controlados, acreditada esta última, desde noviembre de 2018, como centro de cría y experimentación con peces.

Dirigidos por el catedrático de Ecología Félix López Figueroa, ambos dan soporte a casi un centenar de expertos de la UMA, provenientes de áreas multidisciplinares, especializados en investigación de sistemas acuáticos.

Como infraestructuras punteras destacan un laboratorio para el análisis de agua, otro de ecofisiología de algas, los dos dedicados al estudio de la ‘cosmecéutica’ -cosmética natural con certificados ecológicos- un laboratorio de bioseguridad, recientemente dotado con financiación proveniente de las  Ayudas del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (PAIDI 2020) y un futuro laboratorio polar, ya en fase de construcción.

Atraer al sector empresarial y llegar a grupos de investigación regionales son sus objetivos más a corto plazo. Igualmente, trasladar el estabulario, actualmente ubicado en el Departamento de Microbiología y Genética de la Facultad de Ciencias, es otro de ellos.

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