El Instituto de Criminología de la UMA colaborará con Ceuta en la atención de menores sin compañía

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El Gobierno de Ceuta y el Instituto de Criminología trabajarán juntos para prevenir la delincuencia de los menores sin compañía y favorecer su integración.

La Ciudad Autónoma de Ceuta y el Instituto andaluz interuniversitario de Criminología (IAIC) de la Universidad de Málaga (UMA) van a firmar un convenio para responder a la situación de “desprotección y exposición a situaciones de riesgo delictivo y victimológico” en la que se encuentran los menores extranjeros no acompañados y otros jóvenes en las calles de este municipio, así como a la “alarma social” que la comisión de hechos delictivos “puntuales” ha causado.

El objetivo es activar un programa “para prevenir la delincuencia y la victimización de dichos menores a través de una intervención personalizada y especializada”, según explican desde el instituto interuniversitario.

La iniciativa parte de que los jóvenes objeto de intervención “están en una situación grave de vulnerabilidad como consecuencia de las condiciones sociales y familiares extremas que padecen”. Además del riesgo delictivo que suele ser visible y objeto de alarma social, estos menores presentan también un grave riesgo victimológico”, añade la fuente, que informa de que hasta el Departamento de Estado de Estados Unidos señala que, “si bien en España se están cumpliendo los mínimos en materia de trata, todavía hay asignaturas pendientes relacionadas con la respuesta a la especial situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los menores no acompañados en riesgo de convertirse en víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y mendicidad”.

Aunque la mayoría de los menores extranjeros no acompañados que llegan a Ceuta son acogidos por el sistema de protección, hay un número de ellos que por diferentes motivos se encuentran en la calle. Entre esas razones los especialistas citan “miedo a ser repatriado, frustración del menor, conflicto de intereses con el centro de acogida, falta de adaptación a las necesidades del menor, los atractivos de la calle, etcétera”.

“Sin familiares adultos que los protejan, sin referentes pro-­‐sociales que pongan límites a sus comportamientos y los acompañen adecuadamente en su crecimiento personal, sin hábitos de alimentación e higiene adecuados y expuestos a todo tipo de oportunidades disruptivas, estos menores se visibilizan como ‘peligrosos’, causando desasosiego y alarma entre la ciudadanía ceutí”, diagnostica el Instituto, un centro universitario de investigación científica y técnica, así como de especialización, que desarrolla sus actividades en el campo de las disciplinas penales, penitenciarias, criminológicas y político criminales”.

Tanto Ceuta como la UMA consideran que “el reto con estos menores es encontrar soluciones individualizadas y duraderas que permitan estabilizarse a largo plazo en condiciones de normalidad y estabilidad”. Las conductas antisociales que algunos puedan mostrar “requerirán de estrategias especializadas para dotarlos de destrezas y actitudes que les permita elegir un estilo de vida pro-social, inabarcable hasta el momento para ellos”.

En resumen, el propósito general del proyecto es “reducir las situaciones de riesgo delictivo de los menores extranjeros no acompañados y otros jóvenes en las calles de Ceuta a través de estrategias de protección e inclusión social”.

El programa se propone “realizar un diagnóstico para, en primer lugar, localizar y cuantificar a los extranjeros menores de 18 años que están solos en las calles de Ceuta, así como a los mayores de edad (18-21 años) que procedan de una situación de calle habiendo sido menores de edad”; y, en segundo lugar, “valorar de manera individualizada su situación”.

A renglón seguido llegará el momento de “asistir a estos menores desde un punto de vista de higiene, alimentación, salud y protección jurídica que dignifique su persona y vehicule el tratamiento a seguir”.

“Desarrollar estrategias de prevención de comportamientos delictivos y fomentar un estilo de vida pro-social en ellos”, así como “intervenir de manera personalizada ofreciendo respuestas a sus necesidades e intereses (repatriación, reagrupación, centros de menores, centros especializados, etcétera)” son otros de los propósitos señalados en el convenio de forma explícita.

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