Identificado un proceso genético que podría aumentar la productividad de los cultivos semi-enanos

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Maiz.
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Un trabajo internacional con participación de un investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizado en el John Innes Centre, de Reino Unido, ha demostrado que las proteínas DELLA de las plantas, cuya actividad inhibe el crecimiento y permite variedades de tallos más cortos y robustos, también conllevan efectos no deseables, como el de producir menos flores y, por tanto, menos frutos. El estudio, publicado en la revista Nature Plants, permite comprender mejor la actividad de unas proteínas que fueron clave en el incremento espectacular de la producción
agrícola de los años 60-70.

“Aquel incremento de la producción se conoció como Revolución verde. Una parte
esencial de esta “revolución” fue el desarrollo de nuevas variedades de maíz, trigo y
arroz con tallos más cortos y robustos y que, por tanto, eran capaces de soportar más
carga de grano sin fracturarse. En parte debido a su arquitectura semi-enana, estas
variedades producían un 60% más que las correspondientes variedades clásicas”,
explica el autor principal del estudio, Antonio Serrano Mislata, que actualmente
trabaja como investigador del CSIC en el Instituto de Biología Molecular y Celular de
Plantas Primo Yufera de Valencia.

“Posteriormente, se descubrió que muchas de las variedades semi-enanas
desarrolladas durante la Revolución verde contenían cambios en la actividad de las
denominadas proteínas DELLA, que actúan como inhibidores del crecimiento de la
planta. Por tanto, un incremento en el nivel de la actividad DELLA conlleva la
generación de tallos más cortos pero también otros efectos no deseables desde un
punto de vista agronómico”, añade el investigador.

Obtención de nuevas variedades más productivas

“En este sentido, nuestro trabajo demuestra que las proteínas DELLA también son
reguladores negativos de la actividad del meristemo apical del tallo (SAM, del inglés
shoot apical meristem), estructura que da origen a todos los órganos de la parte aérea
de la planta. Como consecuencia, mutantes con más actividad DELLA no sólo
desarrollan tallos más cortos sino también meristemos más pequeños, con menos
células y que producen menos flores y, por tanto, frutos”, explica Serrano Mislata.
“Nuestro trabajo también muestra cómo es posible separar genéticamente la actividad DELLA en el tallo y en el SAM y, por tanto, generar plantas con tallos más cortos pero sin afectar a la producción de flores”, detalla el investigador.

“Es de destacar que este doble papel de las proteínas DELLA parece estar ampliamente
conservado entre las angiospermas, plantas con flores, ya que lo hemos observado no
sólo en la planta modelo Arabidopsis thaliana, sino también en un cereal de gran
importancia económica como la cebada. Por tanto, separar los efectos de las proteínas
DELLA durante el desarrollo del tallo y del SAM podría abrir el camino hacia la
obtención de nuevas variedades de cereales semi-enanas más productivas. Es posible que la Revolución verde aún no haya producido todos sus frutos”, concluye Serrano Mislata.

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