«El nuevo coeficiente intelectual es la gestión de la incertidumbre»

Entrevista al investigador de la Universidad de Murcia que está detrás del proyecto Educar para Ser, que fomenta el desarrollo de habilidades no cognitivas en estudiantes de Infantil y Primaria.

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Ildefonso Méndez, experto en habilidades no cognitivas de la UMU.

Consciente de que el esfuerzo y no la inteligencia es la clave para el éxito en la escuela, el profesor de la Universidad de Murcia, Ildefonso Méndez, puso en marcha Educar para ser, un proyecto de investigación, convertido en empresa de base tecnológica, con el que se potencian las habilidades no cognitivas de escolares de Infantil y Primaria.

Por el momento, los resultados son espectaculares, con mejoras de entre 5 y 10 puntos porcentuales en matemáticas, ciencia y lengua. Y este sistema está implantado en cuarenta colegios de Murcia, así como en Madrid, La Rioja y centros de Argentina y Estados Unidos.

Pide que se deje de valorar a los niños por lo que son, sino por lo que hacen.

¿Qué son las habilidades no cognitivas?

Son habilidades no vinculadas al coeficiente intelectual. Son las habilidades de autorregulación: memoria operativa, control de impulsos, flexibilidad congnitiva… es decir, el funcionamiento ejecutivo. Es importante trabajarla en todos los alumnos, porque las habilidades de autorregulación nunca vienen de serie, ya sea un alumno superdotado o uno de inteligencia límite, o incluso con retraso mental. Hay que trabajarlas desde la casa y el colegio. Las habilidades de autorregulación son mucho más importantes en chicos que vienen de contextos deprimidos.

¿Viene a ser como trabajar la disciplina, la constancia, la perseverancia, el esfuerzo…?

Va por ahí, pero no exactamente. Funcionan especialmente cuando trabajamos desde el autoconcepto. Le enseñamos que tras el esfuerzo y el trabajo vienen los resultados. De esta manera también mejoramos su autoconfianza, y por tanto la motivación, el esfuerzo y el rendimiento.

Trabajáis con cuentos, ¿por qué?

La evidencia científica demuestra que una historia social es hasta siete veces más efectiva que una instrucción verbal. Por tanto, hemos creado unos personajes que han sido muy bien recibidos por los niños. Ellos son nuestro ‘caballo de Troya’. Cuando leen los cuentos de Flama o participan en sus juegos, en realidad están adquiriendo hábitos de autorregulación. Porque aquí la palabra clave es hábito.

Las habilidades no cognitivas ayudan a mejorar el ambiente en el aula.

De ahí que muchos chicos con ci elevado o superdotados lo confíen todo a su capacidad y dejen de lado el esfuerzo, y de ahí el fracaso escolar en estos casos, ¿no?

En España tenemos una estadística que dice que uno de cada tres chicos o chicas con altas capacidades va a fracasar escolarmente. Cuando tenga los 16 años no tendrá el título de la ESO y habrá abandonado la motivación por los estudios. Les enseñamos a no utilizar el verbo ser cuando hacen cumplidos. Ya con 4 años tenemos una actividad para que se digan cumplidos unos a otros, pero les enseñamos a no usar el verbo ser. Porque este verbo asigna el mérito a la persona en sí, y esto no es verdad. Lo importante es el esfuerzo. Poquito a poco les vamos moldeando para que en vez de decir “es muy listo”, “es muy bueno”… que vayan hablando del esfuerzo y la cooperación, para que haya esfuerzo y convivencia. El esfuerzo tiene que calar en ellos como la clave.

¿Es algo así como pasar de es bueno al se ha hecho bueno?

Esto es algo que los investigadores llevamos trabajando un tiempo y que se llama mentalidad de crecimiento. Ha demostrado que cuando se habla con los chicos de la importancia del esfuerzo los resultados mejoran de una manera importante, frente a la alternativa de que cuando el niño llega a casa con buenas notas los padres le dicen “qué listo eres”. Esto tiene las patitas muy cortas, porque cuando viene un problema emocional, un divorcio o cualquier otra circunstancia y el el niño, en vez de un 9,5 saca un 6, se genera un problema de autoconcepto: “si yo soy listo, cómo puede ser que saque un 6”. Y si tienes dos hijos, uno saca un 9 y el otro un 6, uno es el listo, ¿y el otro?

Flama y sus amigos ayudan a trabajar habilidades no cognitivas.

¿Cómo es la relación del chico “listo” con el resto de sus compañeros?

Pues se puede llegar a un problema de cooperación y trabajo en equipo, porque el niño que saca un 9 y lo atribuye a ser listo, no querrá trabajar en equipo con el que saca el 6. Por eso es muy importante hablar del esfuerzo desde edades muy tempranas. No hay superhéroes, hay gente que se esfuerza, que tiene mucha motivación y que obtiene resultados.

¿Y cómo se inculcan esos valores a niños de 4 ó 5 años?

A niños de esa edad se lo tienes que ir explicándoselo poco a poco. Empiezas hablándoles de esfuerzo, y los cuentos que hemos preparado para ellos empiezan a introducir estos conceptos. De hecho el segundo de los cuentos se llama ‘Aprender a esforzarse’.

Las habilidades no cognitivas son muy adecuadas a tiempos de incertidumbre y cambios como éstos, ¿no?

Un neuroinvestigador muy destacado decía que el nuevo CI es la gestión de la atención sostenida y la gestión de la incertidumbre. Debemos criar chicos a los que la incertidumbre no les genera tantísima ansiedad, que les genere una ansiedad que les lleve a ser proactivos y no a la paralización y al miedo. Esto es fundamental para nuestro tiempo.

¿La escuela actual está preparada para esta forma de aprender?

En la escuela todas estas cuestiones quedan al margen, está demasiado centrada en los contenidos. Cuando se trabajan habilidades no cognitivas hay menos acoso, funciona mejor, hay menos problemas de convivencia. Cuando se evaluó nuestro proyecto, al terminar la Primaria, los niños que habían participado en este proyecto cuan 4 y 5 años, tenían unas capacidades de autorregulación del orden de un diez por ciento más altas y el rendimiento en matemáticas, ciencia y lengua había aumentado entre 5 y 10 puntos. Y esto son cifras importantes.

¿Hay demasiados contenidos en la escuela?

Sí y esto no es bueno para las habilidades de autorregulación, para las habilidades no cognitivas. Los maestros van con tanto agobio para completar el currículo que se acaba apostando por la memorización, y no por una aprendizaje profundo, que requiere más reflexión. Una de las súplicas que hacemos a los responsables de los sistemas educativos es que se reduzcan contenidos, que hay que reflexionar. Los currículos son muy densos. Hay que reducir contenidos, para que los chicos puedan aprender a aprender, a reflexionar, a trabajar en equipo.

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