El cáncer de piel puede evitarse minimizando la exposición al sol y a fuentes artificiales de radiación UV

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Playa.
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Según el informe Las Cifras del Cáncer en España 2017 de la Sociedad Española de Oncología Médica, el melanoma maligno de piel ocupa la 7ª posición entre los tumores más prevalentes en la población general, y la 4º posición entre los tumores que afectan a mujeres. Sin embargo, existen determinadas precauciones, bastante sencillas que podrían hacer disminuir estas cifras.

“Además de factores genéticos y estilos de vida, los casos de cáncer de piel pueden evitarse minimizando la exposición solar por actividades recreativas o laborales, así como a fuentes artificiales de radiación UV”, explica la directora del Grupo de Investigación Enfermería Clínica y profesora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Alicante, Mª Flores Vizcaya.

La Academia Española de Dermatología y Venereología en la presentación de la Campaña Euromelanoma 2017 advertía de que la incidencia de cáncer de piel está en continuo aumento y ya alcanza la consideración de epidemia a escala mundial. Es por ello, que desde la Universidad de Alicante, Vizcaya apunta que “en España es recomendable utilizar un producto de protección solar de factor 30 durante todo el año, y de 50 en verano. Conviene recordar que la finalidad del fotoprotector no debe ser nunca prolongar el tiempo de exposición al sol”.

Recomendaciones

Especialmente durante el verano, además de proteger con parasoles, gorras, camisetas y gafas de sol homologadas, se aconseja empezar a tomar el sol de manera gradual y evitar las horas de máxima intensidad. En el caso de los niños y niñas menores de seis meses conviene que permanezcan siempre a la sombra y con ropa que les proteja de la radiación solar. En este sentido, la OMS advierte que los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

“Jóvenes y niños son sectores especialmente vulnerables por lo que siempre deben usar un protector solar elevado, entre 30 o 50, aplicar una cantidad generosa 30 minutos antes de la exposición, y repetir la aplicación periódicamente después de bañarse o si se suda mucho. Asimismo, para evitar la deshidratación es imprescindible beber mucha agua”, insiste la directora del Grupo de Investigación Enfermería Clínica.

“A pesar del flujo de información y las distintas campañas de concienciación, la mayoría de la población no se protege adecuadamente de las radiaciones solares. De hecho, en zonas de alta exposición como Alicante, se debe aplicar crema protectora durante todo el año”, señala Mª Flores Vizcaya. “Es importante que recordemos que la piel “tiene memoria”, es decir, que el daño producido por la exposición al sol es acumulativo.”, advierte.

Falsos mitos

En el caso de quemadura, Vizcaya señala que “la mejor opción es aplicar una loción hidratante de rápida absorción y no volver a tomar el sol hasta que la piel, principal barrera protectora, se recupere totalmente. Si se producen quemaduras de segundo grado ligadas a la aparición de ampollas, la primera medida es desplazarse a un centro de atención primaria y no intentar explotarlas o coseras”.

Por último, la profesora de la Universidad de Alicante recuerda que no es recomendable aplicar vinagre o yogur a pieles enrojecidas por el sol “ya que al ser sustancias ácidas favorecen la descamación de la piel”.

Primeros síntomas

Uno de los primeros signos de alarma para detectar este tipo de enfermedad es una herida que no cicatriza o la aparición de nuevas mancha en la piel, de ahí que sea importante concienciar e informar a la sociedad sobre las autoexploraciones y la exploración clínica por parte de los profesionales de atención primaria.

La mayoría de los melanomas se localizan en la piel y pueden tener colores variados como marrones, negro, azul, rojo o gris. “Son fácilmente detectables precozmente pero, para ello, es importante identificar y consultar cualquier lunar o úlcera de nueva aparición y los cambios en los existentes, así como los cambios en la coloración de la piel”, explica la profesora de la Facultad de Ciencias de Salud de la UA. Los criterios ABCD ayudan también a identificar una lesión como sospechosa de malignidad ya que define las 4 características fundamentales del melanoma: A, asimetría; B, bordes irregulares; C, heterogeneidad o igualdad de colores, y D, diámetro para indicar lesiones de un cierto tamaño, generalmente con un diámetro superior a 6 milímetros”, detalla.

Tecnología para diagnóstico

Conscientes de que un diagnóstico precoz es una garantía de éxito, investigadores del Grupo de investigación de Ingeniería Bioinspirada e Informática para la Salud (IBIS) de la Universidad de Alicante, han desarrollado un sistema que ayuda en el reconocimiento del melanoma a través de las características visuales de una imagen de la lesión. Esta herramienta, ya patentada, se puede usar de forma automática para decidir con qué urgencia remitir a un paciente al dermatólogo.

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